viernes, 6 de febrero de 2015

El 4-F bolivariano vive en Argentina

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En una colmada sede nacional del Movimiento de Unión Popular (MUP) se recordó la rebelión cívico-militar liderada por el Comandante Hugo Chávez 23 años atrás. El encuentro, organizado por la Embajada bolivariana en Argentina, contó con la presencia diplomática de Cuba, Haití, Nicaragua y representantes de China, también con la cobertura de medios alternativos como Prensa LatinaResumen Latinoamericano y esta Página popular, entre otros.
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Federico Martelli, secretario General del MUP y Embajador – Asesor Especial para la Participación Social en el Ámbito Internacional en el MRECIC, comenzó el acto destacando la importancia del 4 de febrero, “no sólo para Venezuela sino para todos los pueblos de nuestra América”, al marcar la ruptura con el neoliberalismo y abrir un nuevo escenario regional, que luego fue acompañado por variados procesos, nacionales-populares y transformadores. Eso marco un cambio para las organizaciones populares, que pasarían de una resistencia defensiva a ser parte de los distintos procesos abiertos y en desarrollo que tenemos en nuestro continente.
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Como vocera del Colectivo 4 de Febrero, capítulo argentino, la médica venezolana Jescy Montoya (que también participa en las misiones Milagro y Yo sí Puedo en Argentina), resaltó tanto la imperiosa necesidad e importancia histórica de esta gesta bolivariana como su vigencia actual. Y considerando las presentes dificultades que impone un golpe continuado del imperialismo y burguesía, la guerra económica, mediática, entre otros frentes, definió que el “por ahora” de entonces sigue vigente, porque “por ahora, los objetivos que nos planteamos (la construcción de la patria socialista) no fueron logrados”.
medica-militante-colectivo4f_webMiguel Ángel Barrios, docente e investigador del venezolano Instituto de Altos Estudios Diplomáticos “Pedro Gual”, asesor del argentino Centro de Estudios Estratégicos para la Defensa y autor del libro “Hugo Chávez: pensamiento histórico y geopolítico”, señaló que el 4 de febrero es inentendible sin el Caracazo, porque ambos hechos “significaron la caída para siempre de las políticas del Consenso de Washington en América Latina” y comparó su valor histórico con la caída del Muro de Berlín. El investigador aseguró que el Comandante Chávez no sólo devolvió la dignidad al pueblo venezolano, sino que también despertó a todo un continente, constituyéndose en “el más grande geopolítico de la independencia definitiva del siglo XX y XXI.” Definiendo a la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) como la “creación suprema del Comandante Chávez”, sentenció: “Chávez ya no es Venezuela, Chávez es la CELAC”. Y alertó sobre los renovados intentos de EE.UU. por minar estas estratégicas instancias de unidad e integración.
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Como orador final, el embajador de la República Bolivariana de Venezuela en Argentina, el General de Brigada Carlos Eduardo Martínez Mendoza, destacó que el 4 de Febrero evidenció el colapso de un sistema político que había sido vendido internacionalmente como democracia modelo, aunque realmente la alternancia puntofijista escondía la profundización de desigualdades y el empobrecimiento desmedido del pueblo. El Embajador venezolano resaltó la importancia de la unión cívico-militar, asegurando que a partir del 4 de febrero el Ejército venezolano volvió a verse como pueblo en armas. Asimismo, alertó sobre el creciente peligro de la arremetida imperialista norteamericana sobre Venezuela y nuestro continente, hizo un llamado para continuar trabajando por una verdadera Patria Grande y resaltó la importancia de la Carta de Jamaica. Este documento histórico, escrito por un Bolívar por entonces derrotado y que cumplirá 200 años el próximo 6 de septiembre, sigue manteniendo una enorme importancia estratégica.
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El evento culminó a puro canto con la participación artística de Paula Ferré. Guitarra en mano, la fundadora del Colectivo Mujertrova interpretó tres emotivas canciones. Abrió con un tema propio, “Camino del olvido”; luego, la sonriente imagen de Chávez proyectada en la pared parecía guiñarnos con complicidad cuando la trovadora argentina entonaba a “El necio” de Silvio Rodríguez; y, acompañada por las palmas de los presentes, cerró con una muy sentida versión de un clásico de Alí Primera que se hizo himno y recuerdo eterno al Comandante desde el 5 de marzo de 2013, entonando “los que mueren por la vida no pueden llamarse muertos”.
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Resulta clave mantener viva esta fecha. El 4-F, definido como un acto quijotesco por el propio Comandante, fue, como el asalto al Moncada, una derrota militar transformada en trascendental victoria política. El “por ahora” que lanzó Chávez en su breve aparición televisiva se cristalizó en el amanecer de la esperanza de un pueblo que se había rebelado al sistema tres años antes, en el duramente reprimido Caracazo, en lo que fue la primera rebelión popular contra el neoliberalismo en el mundo. El 4-F no sólo reafirmó el colapso de la democracia burguesa en Venezuela, sino que también despertó las fuerzas de las clases subalternas, dando inicio a un camino dialéctico de lucha y organización popular devenido en proyecto de transformación social y unidad continental que sigue en construcción, atravesando flujos y reflujos, y que impacta en toda nuestra América.
 Julián Lautaro
4 de febrero de 2015
 El material fotográfico es gentileza del equipo de prensa de la Embajada venezolana.

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