Soberanía tecnológica y software libre se debatieron intensamente y desde enfoques complementarios, y antiimperialistas, el pasado martes 26 de mayo en el Salón Consular I del Hotel Bauen, recuperado por sus trabajadores.
Le dieron vida al dinámico y participativo encuentro: Octavio Rossell, director del
Proyecto GNU Venezuela
y del Congreso Nacional
de Software Libre; Héctor Sánchez, referente de Huayra Linux y Solar;
Juan Carlos Romero, miembro fundador de Facepopular; el dirigente
social Lito Borello, coordinador nacional de la OSyP Comedor Los Pibes; Jesús
Olivo, secretario de Educación y Cultura de la Embajada venezolana en Argentina;
Diego Accocinti, coordinador nacional de FLISoL Argentina 2015; estudiantes de grado y de posgrado de Nuestra América, nacidos en
Argentina, Venezuela, Nicaragua, y compañeros del Colectivo 4 de
Febrero. Como previa, el CNSL y del 4F iniciaron el debate media hora antes junto a Facepopular en el programa “Ciudad para todos”,
de la Radio del Pueblo.
En el recuperado
hotel, la amena charla se inició reconociendo que el soft libre ha logrado
un lugar importante, siendo hegemónico en las grandes computadoras
que soportan la red global. Asimismo, con avances a nivel desarrollo,
ofreciendo sistemas operativos y paquetes de oficina muy versátiles
y estables. Entre los desafíos fundamentales actuales surgieron el lograr masificar su uso, destacando la importancia de vincularlo a políticas públicas como a organizaciones populares; sobre los estados, se destacó la vanguardista ley venezolana y lo estratégico de invertir en desarrollo de programación soberana el presupuesto
destinado a comprar licencias de uso privativas. Por otra parte, el
rápido crecimiento de dispositivos móviles expone una debilidad en
cuanto al desarrollo de programas para esas plataformas,
fundamentalmente relacionados con los equipos, y poniendo en debate
la importancia de dar el salto al hardware libre.
También se
consideró que atravesamos una “crisis civilizacional” y que
estamos ante el inicio de una avanzada neoliberal en nuestro
continente, motorizada por el imperialismo norteamericano que busca
un reacomodamiento hegemónico y detener las tendencias multipolares. Se reconoció la importancia del proyecto de soberanía tecnológica regional
que implica el anillo digital suramericano, para evitar que nuestras
comunicaciones pasen por servidores en EE.UU. Y se vinculó esa
materialidad con la enorme importancia estratégica del soft libre, planteando dos ejemplos concretos de debilidad: el soft del estado
argentino durante la guerra de Malvinas y el soft que controlaba
todos los sistemas de PDVSA hasta el golpe económico contra Chávez
en 2002-03.
Relacionando la defensa con la voluntad de los pueblos en ser definitivamente independientes, y con la estrategia imperialista actual de caotizar sociedades multidimensionalmente, se hizo incapié en las enormes vulnerabilidades que hoy presenta nuestro navegar cotidiano en celulares, tablets y computadoras. Eso incluye tanto la entrega volutaria de nuestra privacidad a corporaciones neo-orwellianas (perfiles en redes, busquedas en google, etc); la exposición a filtros que manipulan los estados de ánimo de la sociedad mediante las redes sociales tradicionales (como experimentó Facebook); la sistematización de nuestra info a nivel de metadata, donde no importa el contenido sino el tipo de comunicación, hora, lugar, destinatarios, necesarios para armar patrones relacionales por ejemplo (ver).
Las conclusiones del fraterno encuentro fueron muy promisorias, no sólo concibiéndose al soft libre como herramienta soberana de independencia, sino también trascendiendo lo expositivo, expresado en las voluntades de articular conocimientos y acciones teniendo a Nuestra América, unida, independiente y soberana, como horizonte.