sábado, 13 de diciembre de 2014

Mi Amigo Hugo

Por. 
Dania Elizabeth Ortega Moreno
UNLA/Argentina Venezuela
Referirse a mi amigo Hugo resulta fácil muy fácil pero doloroso a su vez.  Hugo Rafael Chávez  Frías el Gigante de Gigantes, el que genero en nosotros los venezolanos a los que crecimos bajo su legado, bajo su historia, bajo su mandato una gran conciencia revolucionaria y un enorme sentimiento por la Patria, una jamás antes vista según mi madre que ha vivido más años que esta humilde servidora que intenta practicar en su escritura.




Cuando tenía apenas 10 años asistía yo junto con mis padres a unas reuniones en una casa vieja de esas que se prestan para cualquier necesidad política y social que se pudiese requerir en un pueblo tan pequeño como el de San Juan Colón,  ya no tan pequeño y ya no tan pueblo en la actualidad. Dentro mi inocencia de niña no comprendía sobre lo que hablaban estos señores y señoras, me distraía con los demás niños que también estaban ahí. Tampoco entendía por qué mi mama viendo la televisión la mandaba besos y decía te amo a un señor vestido con un traje verde militar y de barba, le preguntaba yo a ella, ¿mama, por qué dices eso y le tiras besos a ese señor, quien es él? Una frase simple de ella hizo desviar mi atención a lo que anteriormente hacía, “Nadie mami, cuando usted crezca entenderá”.  En efecto, al pasar de los años poco a poco fui experimentando dentro de mis actividades de estudiante y de hija lo que es ahora el Legado de Chávez, ya no era solo ese señor de barba al que mi madre se refería era otro, un señor más joven con un tono de vos fuerte de esos que retumban no solo por la potencia de su vos sino por las frases que hacen retumbar nuestros pensamientos, difícil de olvidar, un lunar en su frente caracterizaba su rostro, usaba casi siempre una boina roja, un traje verde, una camisa roja o en su defecto una de color azul oscuro.

En el año 1998 hicieron en  casa de unos amigos de mis viejos una fiesta enorme, habían banderas rojas, naranjas, música de Alí Primera, personas que lloraban de la alegría, celebraban la victoria de su candidato político de izquierda que por primera vez llegaba a una presidencia de la República, a partir de ese momento la historia de Venezuela y del venezolano jamás iba a ser la misma. Y no lo fue, ni ha sido para ninguna de las personas que vivimos en este hermoso país. Dentro de este corto proceso porque si hablamos de los años que se necesitan para lograr un verdadero cambio, completo, pleno, porque para la transición de un sistema político a otro 15 años no son suficientes, podemos decir que en este corto tiempo se han obtenido inimaginables logros y esos logros fueron gracias a mi amigo Hugo, al poder que cedió al pueblo, el poder popular el poder comunal,  al despertar y a la conciencia generada en cada de uno de nosotros, al trabajo colectivo, a la reivindicación de los que antes nunca fueron escuchados e incluidos en nuestra propia  sociedad, a las mejores condiciones de vida y de salud que ahora tienen los venezolanos, a las misiones sociales, a la reivindicación de la clase obrera y trabajadora, a la recuperación completa y soberana de petróleos de Venezuela, al protagonismo que dio a los jóvenes a la mujer  y a los adultos mayores, al sentir que dio por nuestra propia cultura, al amor por la lectura, los simoncitos, las canaimitas, a las casas de alimentación, a las escuelas liceos y universidades Bolivarianas, a las becas nacionales e internacionales, al desarrollo del deporte, al desarrollo de la agricultura de la pescadería, a los valores éticos socialistas que siempre mi amigo Hugo refería en sus discursos, a la unión Latinoamericana que tienen hoy día nuestros pueblos del sur y el caribe esa que tanto quiso Bolívar, a la UNASUR, a la CELAC, PETROCARIBE, al ALBA, a la verdadera LIBERTAD que tenemos hoy los venezolanos.

Infinidad de logros y aciertos tenemos actualmente gracias a ese pana a ese amigo, porque aunque nunca tuve la oportunidad de abrazarlo, lo considero mi amigo y se metió así en mi corazón muy adentro en el alma, sus ideas sus palabras sus deseos los siento como algo propio algo mío, porque somos hijos de la misma madre patria y por ende somos hermanos, Hugo es mi amigo es mi hermano y hoy a un año de tu partida física mis lágrimas aun brotan por mis ojos porque el amor que nos diste fue el más grande y puro que una persona pudo darle a su país y a su pueblo. Te fuiste tal vez por decisión de Dios, Hugo era un fiel creyente y  se fue aferrado a cristo, se fue porque quizás debía irse, dicen por ahí que cada persona tiene un rol que desempeñar en esta vida, y él bien que si lo supo desempeñar, nos preparó a nosotros los venezolanos a luchar y a seguir luchando por la soberanía e independencia de nuestro país, nos dejó un legado que debemos seguir construyendo, un pedazo de papel escrito que vale oro, el plan socialista el plan de la patria, hay esta de su mismo puño y letra las acciones que debemos seguir para construir un gran país un país potencia en lo económico, en lo social, en lo político, ambiental, tecnológico, energético, en lo moral, un escudo moral tenemos ahora gracias a ti mi amigo, y ahora más que nunca tenemos conciencia, hay un pueblo que enfrentara las adversidades que se vengan porque vendrán, nadie dijo que una revolución iba a hacer fácil, la hegemonía imperial anda detrás de nuestro país desde hace 15 años, no solo por el petróleo, somos un atentado para ellos en lo ideológico un atentado para derrumbar su poder capitalista por uno socialista, nada fácil pero seguiremos resistiendo, construyendo y accionando junto con Nicolás Maduro nuestro presidente y el poder popular, seguiremos por tí mi amigo, por Venezuela por nuestros hijos, por la humanidad, y por la naturaleza misma que nos rodea. 

Te amo Hugo, te amare por siempre, termino con tu frase de ese 8 de diciembre de 2012  

“Unidad, lucha, batalla y Victoria”.

Colectivo 4 de Febrero
Cita de http://elizabethortegamoreno.blogspot.com.ar/

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